NOCTURNO VULGAR
Un soplo abre brechas operádicas en los tabiques, - enreda el pivotar de los techos carcomidos, - dispersa los límites de los fogones, - eclipsa las ventanas. -A lo largo de la viña, con el pie apoyado en una gárgola, - he descendido a esa carroza cuya época queda suficiente¬mente indicada por los espejos convexos, los paneles abombados y los sofás redondeados. Coche fúnebre de mi sueño, aislado, casa de pastor de mi simpleza, el vehículo vira sobre el césped de la carretera difuminada: y en un defecto en lo alto del cristal de la derecha se arre¬molinan las pálidas figuras lunares, hojas, senos; - Un verde y un azul profundísimos invaden la imagen. Desenganche alrededor de una mancha de gravilla.
-Aquí silbaremos llamando a la tormenta, y a las So¬domas, - y a las Solimas, - y a las bestias feroces y los ejércitos,
- (Postillones y bestias de sueño proseguirán bajo los más sofocantes oquedales, para hundirme hasta los ojos en el manantial de seda.)
- Y enviarnos, fustigados a través de las aguas que chapotean y las bebidas derramadas, a rodar sobre el la¬drido de los dogos...
- Un soplo dispersa los límites del fogón.