Nobati, Eugenia



BÁRBARO

Mucho después de los días y las estaciones, y los seres y los países,
El pabellón de carne sangrienta sobre la seda de los mares y las flores árticas; (que no existen.)
Repuesto de viejas fanfarrias heroicas - que siguen asaltándonos el corazón y la cabeza - lejos de los anti¬guos asesinos -
¡Oh!, el pabellón de carne sangrienta sobre la seda de los mares y las flores árticas; (que no existen.)
¡Dulzuras!
Las ascuas, lloviendo en las ráfagas de escarcha, - ¡Dulzuras! - los fuegos en la lluvia del viento de dia¬mantes arrojada por el corazón terrestre eternamente car¬bonizado para nosotros. - ¡Oh mundo! -
(Lejos de los viejos refugios y de las viejas llamas, que se oyen, que se sienten,)
Las ascuas y las espumas. La música, vorágine de re¬molinos y choque de témpanos en los astros.
¡Oh Dulzuras, oh mundo, oh música! Y allá, las formas, los sudores, las cabelleras y los ojos, flotando. Y las lágri¬mas blancas, hirvientes, - ¡oh dulzuras! - y la voz feme¬nina llegada al fondo de los volcanes y de las grutas árticas.
El pabellón...