Pavezka, Pablo



II

SONETO

Hombre de constitución ordinaria, la carne
¿no era un fruto que colgaba en el huerto - ¡oh
jornadas niñas! - el cuerpo un tesoro que prodigar; - oh
amar, ¿el peligro o la fuerza de Psique? La tierra
tenía fértiles laderas en príncipes y artistas,
y la descendencia y la raza os empujaban a
crímenes y a lutos: el mundo vuestra fortuna y vuestro
riesgo. Mas ahora, esa labor cumplida; tú, tus cálculos,
- tú, tus impaciencias - no son ya sino vuestra danza y
vuestra voz, no fijadas y en absoluto forzadas, aunque de un doble
acontecimiento de invención y de éxito + una razón,
- en la humanidad fraternal y discreta por el universo
sin imágenes; - la fuerza y el derecho reflejan la
danza y la voz solamente ahora apreciadas.