DEVOCIÓN
A mi hermana Louise Vanaen de Voringhem: - Su toca azul vuelta hacia el mar del Norte. - Por los náufragos.
A mi hermana Léonie Aubois d'Ashby. Baou - la hierba de estío zumbadora y hedionda. - Por la fiebre de las madres y los niños.
A Lulú, - demonio - que ha conservado cierto gusto por los oratorios de la época de Las Amigas y de su educación incompleta. ¡Por los hombres! A madame ***.
Al adolescente que fui. A ese santo viejo, ermita o misión.
Al espíritu de los pobres. Y a un altísimo clero.
Asimismo a todo culto en cualquier lugar de culto memorial y entre acontecimientos tales que haya que rendirse, siguiendo las aspiraciones del momento o bien nuestro propio vicio grave.
Esta noche, a Circeto de los altos hielos, grasa como el pez, e iluminada como los diez meses de la noche roja, - (su corazón ámbar y spunk), - por mi única plegaria muda como esas regiones de noche y que precede a bravuras más violentas que este caos polar.
A cualquier precio y con todos los aires, incluso en viajes metafísicos. - Pero no entonces.